uno no se asoma sin más a una profundidad

y aunque la curiosidad incline a la cabeza
en la oscuridad
no llegamos a ver el fondo
o si en vez de fondo hay lodo
o si en el lodo se escabulle una bestia silenciosa

por eso lanzamos una piedrita

a veces no tardamos en oír
el fondo
tal vez luego volvamos
con otros ojos, otras orejas
—pues nunca nos asomamos al mismo pozo con la misma piedra—
y el fondo desprenderá el mismo eco
a la misma hora

pero otras veces la piedrita cae

la piedrita cae
    y cae
        y no escuchamos
suelo
cae y oímos fondo, pero en realidad es falso techo que
quiebra
y entonces cae
        y cae
y de nuevo a escuchar

estos pozos son mis preferidos

se hunden en sus grietas y en sí mismos
y entonces no hay ocaso
ni culpa
ni vuelta atrás

es una caída dolorosa

sin eco

y sin retorno

si lanzamos una piedrita en estos pozos
la piedrita cae
    y cae
incluso después de haber desaparecido
el pozo
entre la maleza.